| MÁS SOBRE MARIANO AGUIRRE:   De cuanto se ha dicho de mí en positivo –luego diré lo negativo sin   ocultar nada-, me quedo con lo siguiente, que es bastante: culto,   educado, enciclopédico, renacentista, políglota, vital, desconcertante,   distinto, generoso, apasionado, arrojado. Crítico, ingenioso, irónico,   incisivo, desinhibido. Ejercita a diario voz, cuerpo, memoria y   lenguaje. Nunca actúa con micrófono. Nunca se maquilla, confiándolo todo   a la expresión. Con gran capacidad de improvisación, sabe sobreponerse a   la adversidad escénica. Regularidad en las actuaciones, sin sufrir   altibajos. Respeta a todos los públicos por bárbaros que sean. Como   Cristo, no tiene acepción de personas. Es  cristológico en muchas   ocasiones. Voz prodigiosa. Sabe cantar y moverse. De atlética   prestancia, viril, con dominio escénico, elegancia de movimientos,   interesante de ver. Alejado de estereotipos. Tiene criterios propios.   Tiene su propio estilo. Lleva a cabo una carrera absolutamente   independiente. Más paciente que santo Job. Dispensa un trato   absolutamente fraternal a los otros miembros de la Troupe y a los   colaboradores en general. Ningún miembro de la Troupe del Cretino ha   dejado la compañía. Comunica proximidad y transmite calor humano y el   público lo aprecia.   Lo más bonito, para mi gusto, es cómo me calificó la chef restauradora Hélène Aymerich: anacrónico.   El pintor Michel Buadès, refiriéndose a nuestras obras concebidas para   las jornadas medievales, dijo que eran “una mezcla de Living Theatre y   de Muppet Show”.   Mis maestros han dicho de mí: “large free voice   in the service of the objective in a perfect marriage” (Trevor Smith,   profesor de técnica vocal); “you approach everything with tremendous   energy and enthusiasm. This makes your work exciting and powerful to   watch”; “energy, commitment and contribution to the group… fire and   passion in your work” (Mel Churcher, profesora de “Acting” y tutora);   “comico morbosamente candido… tragicomico monumentale” (Antonio Fava,   Corso dell´Attore comico – Commedia dell´Arte); “I admired Mariano   Aguirre, an ambitious and splendid performer who appeared in two   elaborate fights, all his own production” (Henry Marshall, presidente de   la Society of British Fight Directors)   En negativo,   se ha dicho de mí: incurioso, si no a la hora de actuar, sí a la de   montar y ensayar; sus ensayos son indisciplinados y caóticos, no sabe   imponerse; descuida los detalles; excesiva confianza en sí  mismo: a   veces ni ensaya; demasiado orgulloso en sus premisas y planteamientos;   su supuesta independencia tiene altos costes en difusión de sus obras,   en aceptación y en gastos en general; sus prejuicios y fobias teatrales   lo condenan a la marginalidad; produce demasiado, con la consiguiente   dispersión y repetición; rey del refrito; demasiado crudo y desinhibido   en ocasiones; imprevisible;  impertinente; personalista; excesivamente   preciosista en el lenguaje; no sabe o no quiere escoger sus públicos y a   veces es demasiado intelectual o experimental para algunos; falto de   rigor; embaucador que da gato por liebre; arrumba el diálogo, soslayando   así lo específicamente dramático; demasiado extremo; matiza poco;   excesivamente físico; busca el efecto, toreando para la galería.   Mis maestros han dicho de mí: “You need to search for the hidden   corners of your voice a bit more. You do LOUD very well and SOFT very   well but you need to consciously experience all the shades in between”   (Trevor Smith, professor de técnica vocal); “tendency to draw back from   the character and to appreciate the effect you are making on the   audience… it weakens your work… be careful about indulgences” (Mel   Churcher, profesora de “Acting” y tutora)  División de opiniones:   No quiero echarme flores; al revés uno ha de cuestionarse   constantemente y escuchar al público, sin por ello renunciar a su   “esencia” ni ceder a lo comercial berlusconiano o televisivo, esto es a   lo degradante. Para demostrar mi aserto, os cito algunas de las   opiniones encontradas publicadas en www.atrapalo.com respecto a nuestra   obra satírica y bastante experimental, pero con raíces, titulada “¿Por   qué le dicen “diarrea” si de noche también arrea? (cinco historias   obscenas y escatológicas, pero nunca obscenas)”. La obra se representó   durante los meses de junio y julio del 2008, en un pub madrileño que   programa mucho a los “monologuistas” tipo Paramount.  A favor:   “Sólo puedo calificar el espectáculo como sorprendente”; “los actores se   lo curraron mucho”; “la propuesta me pareció interesante… aprecio la   labor de un buen actor”; “¡me encantó! Una obra muy divertida,   ingeniosa, variopinta, crítica… ¡MUY RECOMENDABLE!”; “¡¡¡Me ha   encantado!!!”; “algo totalmente diferente, muy divertido y ameno,   crítico pero no pesado,¡¡¡ muy original!!!”; “genial, único, algo que   nadie se debería perder”; “¡Fantástico! Nadie se atreve a hacer un   espectáculo así. Es divertidísimo y crítico… debería haber más cosas así   en Madrid”  Y en contra: “muy mal; nos tuvimos que ir a mitad de   la obra… de risa, nada”; “Me siento estafada con este espectáculo”;   “pésimo”; “muy malo… 5 historias cómicas, a cada cual peor”; “graciosa   no es… hubo gente que se fue… no digo más”; “he ido a muchos   espectáculos de atrápalo y éste es, sin duda, el peor que vi… jefe, para   hacer gracia, hay que currárselo un pelín más”; “horrorosa, una de las   peores representaciones que he visto”  Me viene a la memoria   aquella anécdota de “el Gallo”, el divino calvo, Rafael Gómez Ortega, en   que tras una tarde aciaga de las suyas, le preguntaron con sorna qué   tal le había ido. Contestó: “Na, división de opiniones…” “Pero cómo   división de opiniones, maestro, si la Guardia Civil le ha salvado de que   el público entero le matara…” El Gallo no se encalabrina: “pueh eso,   división de opiniones: unos se cagaron en mi padre y otros, en mi   madre.”      |